martes, 8 de julio de 2008

carta 1. por la nostalgia

Si todavía preguntas por mi sigo aquí sentada en el café de siempre, lo recuerdas. Y si, sigo pidiendo lo mismo, la mayoría de las veces, y leo cuando no pienso, o podría decirse que leo para no pensar, o más bien para no reconocer que a veces te extraño. No siempre y no tanto. Pero si, te extraño.

Y es que por alguna razón que no entiendo todavía, últimamente me ha dado por recordarte, y me doy cuenta que no estas; que tiempo atrás desapareciste por completo de mi vida. Y ya que estoy aquí n tinta morada confieso que te he buscado. No tanto, no quiero parecer desesperada, pero te he buscado.

Sigue lloviendo, dicen los noticieros locales que son tormentas tropicales, llueve afuera y a veces también adentro. Es curioso, que aun así el patrón sea el mismo, días grises y más bien fríos. Pero no sobra decir que también hay días grandes soleados y muy buenos, mis favoritos.

Leí el otro día que las personas que viven en un clima frío y poco soleado tienen más tendencia a las depresiones clínicas, que suerte la mía que vivo en este lindo clima. Pero para que seguir con este small talk que francamente creo que te interese poco. Cuando el único motivo de esta carta sin enviar era que supieras de mi. Así que continuare.

Por lo demás poco ha cambiado, sigo pensando que el mundo es enorme, y que tiene muchas cosas esperándome, sigo pensando que tal vez aunque sea solo una vez hay alguien sentado en un café que pide lo mismo la mayoría de las veces y aunque sea muy poco me extraña.

Creo que ahora debería de irme para no seguir siendo la más frágil del cuento, te dejo con una sonrisa por lo que fue. Y unas ganas enormes de que leas esta carta, aun sabiendo que la escribo para que no la leas.

Lucia

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